El tramo de costa de Begur comprendido entre la Cala Aiguablava y la Cala Tamariu es uno de los más inaccesibles y desconocidos. Cala Marquesa es una de esas calas a las que sólo tienen el privilegio de acceder unas pocas personas cada verano.
Cala Marquesa, en Begur, puede considerarse una cala de difícil accesibilidad. La manera más adecuada de hacerlo es por mar. Hay que recordar que el mencionado tramo de costa, a excepción de Aiguaxelida, donde sí se puede bajar a pie en condiciones, está compuesto de bellísimos acantilados abruptos que hacen prácticamente imposible el acceso desde tierra a lugares tan interesantes como la Cova d’en Gispert o la propia Cala Marquesa.
La primera vez que fui a Cala Marquesa fue para verla en altura. Es posible hacerlo desde una de las calles de la Urbanización Aiguablava, en concreto la calle que lleva el mismo nombre de la cala. Desde aquí es posible contemplar la gran espectacularidad de una cala muy pequeñita de arena y grava, donde apenas caben 10 personas, que se encuentra flanqueada por dos altísimas paredes de roca a sus lados y un islote justo enfrente, que recibe el mismo nombre.
No es aconsejable bajar por la pendiente escarpada desde la carretera para acceder a la cala: es peligroso, aunque algunos valientes lo hacen.
A mi entender, una buena manera de conocer esta cala es accediendo en canoa, que se puede alquilar tanto en la Cala Tamariu (al sur, un gran playa que ofrece este servicio), como en la Playa de Aiguablava, al norte, algo más lejana. Los que tengan una pequeña embarcación han de saber que es posible fondear enfrente.
Si no, siempre queda el consuelo de observa el impresionante paisaje desde arriba, desde la calle, a 40 metros sobre el nivel del mar.
- Cala Marquesa(VERSION FRANÇAISE)