La ermita de Santa Cristina de Lloret de Mar y todo el paraje que la rodea, que se vuelca sobre la Cala Treumal y la Cala de Santa Cristina, es uno de los mejores emplazamientos naturales de la Costa Brava, habiendo sido alabada por la pluma de los muchos escritores y poetas que la han visitado.
De una gran tradición marinera esta pequeña iglesia tiene tras de sí una gran y meritoria historia, acorde con el preciosos paraje en el que se encuentra. A pesar de que el templo actual, de estilo neoclásico, es de finales del siglo XVIII, encontramos las primeras noticias de esta ermita y de su devoción por la mártir Santa Cristina ya en 1376.
El interior de la ermita es realmente precioso. Su rico altar mayor, fabricado en Italia y compuesto de un mármol de diversos colores, se complementa con una serie de curiosos ex-votos consistentes en bonitas embarcaciones en miniatura, todas de delicada factura y alguna reconida internacionalmente, como la que representa el barco “Sebastià Guma”, premiado con una medalla de plata en la isla de Cuba. Se ha decir que la mayoría de estas miniaturas son del siglo XVIII.
Justo detrás de la ermita se extiende una preciosa terraza presidida por un enorme y centenario pino verde, bajo el cual se celebra cada 24 de julio el Día de Santa Cristina, un banquete de pescadores en honor a la santa, en el que se come el típico estofado. Este sitio tiene además mucha historia, dado que en agosto de 1934, tal y como señala una placa conmemorativa, se celebró una junta de gobierno de la Generalidad bajo el gran pino. Esta terraza ofrece además unas maravillosas vistas sobre la Cala de Santa Cristina, a la izquierda, y la de Treumal, a la derecha. Se puede acceder, además, a esta última por un sendero que comienza aquí.
La ermita de Santa Cristina tiene una significativa historia de esfuerzos y sacrificios por parte de sus parroquianos. Fue construida por sufragio popular y además también se adquirieron las reliquias de la santa: el cráneo, la costilla y el fémur, de las cuales sólo se conserva la primera en la actualidad.
La ermita de Santa Cristina tiene dos fechas de especial animación: el mencionado 24 de julio, día de la santa, y también el segundo domingo de Cuaresma, cuando se celebra el “aplec dels Perdons”, una caminata que comienza desde la plaza de la Villa de Lloret de Mar hasta la propia ermita. Además, debido a su romántico entorno, son muchísimas la parejas que deciden casarse en ella.
El espacio natural tiene habilitado un parking de pago para quienes deseen pasar todo el día en ella, o bien se puede aprovechar para aparcar en el cercano espacio habilitado por el Museo Botánico Pinya de Rosa, a pocos centenares de metros. En cualquier caso, no hay ninguna excusa para dejar de visitar este memorable y carismático paraje natural de la Costa Brava.
- Ermita Santa Cristina(VERSIÓ EN CATALÀ)
- L’ermitage de Santa Cristina, à Lloret de Mar(VERSION FRANÇAISE)
Visité este hace dos años este precioso rincón de Lloret, tan alabado, entre muchos otros escritores y poetas, por Josep Pla (de este se muestra una placa conmemorativa justo a la entrada de la avenida, a la izquierda), de camino que fuimos a ver el jardín botánico Pinya de Rosa, y me sorprendió por lo bien montado que lo tenían, con un gran espacio de aparcamiento y vigilantes en la entrada. Me dió la sensación de ser una parroquia muy bien organizada y muy consciente del valor de la historia y del paisaje de la ermita, verdad?
Lugar muy bonito de la Costa Brava, porque permite visitar tanto la Cala Treumal, como la de Santa Cristina, como la propia ermita, y a mi entender creo que muy poco conocido por muchos visitantes, que si fuesen se enamorarían del paisaje.