Pocas veces un edificio con tan poco pedrigí arquitectónico ha despertado tantas pasiones. Ni ha sido nunca una torre de defensa ni es de la época medieval, pero es igual: el Castillo d’en Plaja, situado sobre la Cala de Sa Caleta de Lloret, es uno de los edificios más fotografiados y admirados del pueblo. Os revelamos por qué.
La Costa Brava posee una gran riqueza arquitectónica dilatada en el tiempo. Desde los incipientes dólmenes prehistóricos hasta las casas de los indianos de meritoria factura, de la que por cierto Lloret de Mar es un buen exponente.
Lo que ocurre con el Castillo d’en Plaja es que a veces los expertos miramos para un lado y el público para otro. Da igual que tras esta casa de indiano haya una historia mucho más interesante que la subyacente tras una edificación de los años 30 del siglo XX. Da igual. Verás al visitante fotografiando el castillo, imaginando una dama encantada dentro de él y un marinero desde el mar dispuesto a rescatarla. Estoy convencido de que es así.
Y sin embargo en el Castillo d’en Plaja nunca ha habido ningún señor medieval, ni ninguna dama secuestrada ni nada que se le parezca. Fué construido por los años de la Guerra Civil Española y finalizado en 1941. Lo hizo erigir el empresario de las galletas Narcís Plaja (de ahí su nombre) y el diseño neomedieval correspondió a Isidor Bosch. Ciertamente, sus torres almenadas proporcionan una bella estampa de la costa de Lloret. Está situado en la parte norte de la principal playa, por tanto, justo en el extremo opuesto del monumento a la Mujer Marinera.
El edificio es totalmente privado pero estoy convencido de que a la larga, a la larga, se acabará convirtiendo en un patrimonio más de la localidad. La mejor vista de él se obtiene desde la mencionada Playa de Lloret, y quien quiera acercarse a él podrá hacerlo por el camino de ronda que lo rodea, que pasa además por la cala de Sa Caleta.
- Château d’en Plaja(VERSION FRANÇAISE)