A pesar de su cercanía al centro urbano de Sant Feliu de Guíxols la Cala del Vigatà es una de las calas más naturales y salvajes que encontramos en este tramo de la Costa Brava, y reconocida por la especial calidad de su fondo marino.

El fondo marino de Cala Vigatà es muy apreciado por los submarinistas y los aficionados al snorkel

La Cala Vigatà se encuentra bajo la ermita de Sant Elm, el privilegiado mirador desde el que el periodista Ferran Agulló acuñó la denominación de Brava a nuestra costa. Desde este lugar es posible descender hasta la cala, por una carretera a través de la urbanización que al final se convierte en estrechas escaleras para acceder a la cala, con una pendiente bastante pronunciada.

Una vez hemos descendido a Cala Vigatà comprobamos las bonitas vistas que ofrece a izquierda y derecha, con sendos grupos de islas

La cala en sí está compuesta de arena gruesa y guijarros considerables. De unos 150 metros de longitud por unos 15 metros de ancho, Cala Vigatà se encuentra junto a una pared de roca considerable, que puede entrañar peligro de desprendimientos. En ella crecen los pinos, que prácticamente llegan a tocar el mar con sus copas. Los islotes de la derecha, mirando al mar, son los escollos de Rocacorb de Llevant, que no llegan ni a 3 metros de altura. A la izquierda, más lejano, dado que se encuentra pasada la Punta de la Cova, al final de la bahía, encontramos el islote de Sadolitx, cuyas rocas llegan casi hasta los 10 metros de altura.

Islote de Sandolitx, a la izquierda de Cala Vigatà, en la Punta de la Cova

A pesar de no gozar de ningún servicio (la fuente que encontramos en la cala se encuentra abandonada) son muchos los apasionados por esta cala debido a su fascinante fondo marino. Efectivamente, una simple observación mediante unas gafas de buzo y un tubo, efectuando snorkel, permite descubrir ecosistemas de gran valor: sobre el fondo rocoso se encuentran algas de posidonia y estrellas de mar, además de innumerables tipos de peces, muchos de ellos en grupos. Existen muy pocos fondos marinos como éste en la Costa Brava, y menos tan cercano a un núcleo urbano.

Debido a esta enorme riqueza natural existe un proyecto para convertir en zona protegida la bahía en la que se encuentra Cala Vigatá, hasta la Punta de la Cova. De esta manera se balizaría la zona y se controlaría el acceso de las embarcaciones hasta este pequeño rincón con un fondo tan especial como el que los amantes del buceo pueden gozar.