Los caminos de ronda de Begur constituyen uno de los principales atractivos para los visitantes. Situados junto a las playas, tuvieron su origen en la vigilancia de costas, por ejemplo contra los piratas y el contrabando, y por supuesto como vía de comunicación.
Hoy los caminos de ronda son una parte intrínsecas de las playas y calas de la Costa Brava. Lo que más aprecian los visitantes es la oportunidad que brindan de contemplar la costa rocosa bajo diferentes perspectivas, además de poder caminar y hacer deporte a través de ellos.
Sin lugar a dudas, el mejor camino de ronda de Begur, el más célebre, es el que une las calas de Sa Tuna y Aiguafreda, un paseo que puede ser alargado unos cientos de metros para acercarse a la gran mole de Cap Sa Sal.
Si comenzamos nuestro recorrido desde Sa Tuna, el camino comienza mirando al mar, hacia la izquierda. Justo en esta zona existió una torre de defensa como otras que todavía se conservan en el centro de Begur. La que véis en lo alto no es más que una réplica y no tiene valor histórico. En esta parte del recorrido, se encuentran las típicas viviendas de pescadores con excelentes vistas a la cala. Un camino adicional interior, con escaleras, conecta esta pequeña urbanización.
Poco después el camino gira hacia el norte. Frente a nosotros se muestra ya claramente la Punta des Plom, ese precioso saliente de costa que protege la bahía de Sa Tuna, y donde suele estar ondear la bandera catalana. Al norte, donde todavía no es visible la Cala de Aiguafreda sorprende al visitante la mole de Cap Sa Sal, un edificio de apartamentos de la época franquista situado a los pies de una antigua mina de sal. Aquí el camino de ronda es amplio, como prácticamente durante todo el recorrido. Se trata de una ruta aconsejada para toda la familia.
Tras algunos centenares de metro se encuentra la mejor vista ya de Cap Sa Sal y Aiguafreda, justo donde el camino efectúa un giro de casi 180º y donde aparecen las primeras escaleras. Allí un banco nos permite reposar y contemplar tanto el edificio, como Aiguafreda o Cala Ses Vaques, la cala virgen que queda bajo esas escaleras y a la cual se puede acceder.
Tras remontar esos escalones, la parte más exigente del recorrido, el camino vuelve a aplanarse para discurrir hacia la Cala Aiguafreda, donde llegamos justo donde se encuentra la zona de picnic, con unas mesas y unos bancos donde los sufridos caminantes suelen tomar alguna refresco como justa recompensa a su esfuerzo. En total son unos 1,1 kms de trayecto que no deberían transcurrir en más de media hora, así que suele ser realizado incluso por muchos bañistas de ambas calas.
- Chemin de ronde Sa Tuna – Aiguafreda, Begur(VERSION FRANÇAISE)