Si cuando estéis paseando por el centro de Girona os encontráis, frente a la magnífica iglesia de Sant Feliu, a un grupo de personas alrededor de una columna, observando a otra cómo se encarama para besar la escultura que la remata… ¡no os asustéis!: se trata de una tradición muy arraigada.
Girona es una ciudad de leyendas, y esta es una de las más conocidas, sobre todo por los visitantes, que nunca olvidarán la acción de subir al pedestal para besar el trasero de tan curiosa figura.
Los orígenes de la columna se remontan al siglo XII, cuando por esta zona estuvo instalado el Hostal de la Leona, que era frecuentado por los viajeros que pasaban por la ciudad. Como un gesto acogedor, de hospitalidad, los ciudadanos de Girona instituyeron esta especie de rito con el objetivo de desear buena suerte y que la persona pudiese volver sana y salva a este precioso lugar.
De ahí las palabras bien conocidas de integración del visitante a la ciudad que hacen referencia a tan insigne ósculo (nunca mejor dicho):
No es buen ciudadano de Girona quien no ha besado el Culo de la Lleona.
Por motivos de seguridad la columna con su leona original se encuentra actualmente en el Museo de Arte de Girona, junto a la Catedral, de manera que la actual escultura, de 3,76 metros de altura, fue colocada en 1986 y se convertido por ello en uno de los atractivos más fotografiados de la ciudad.
- Cul de la Lionne(VERSION FRANÇAISE)