Nos desplazamos a un paraje natural de gran valor paisajístico donde podremos contemplar el comportamiento de bellísimas aves acuáticas y la vegetación adaptada a este entorno. El Estanque de Sils, en la comarca de la Selva, es un rincón muy tranquilo que puede ser recorrido mediante los itinerarios señalizados.
Hace muchos siglos el estanque de Sils fue un humedal de una extensión considerable, de casi 8 kilómetros cuadrados. Estos terrenos pertenecían, en la época feudal, al Duque de Medinacelli. En el siglo XIII los aldeanos solicitaron al propietario la desecación del humedal, dado que era causa de malaria, paludismo y diversas enfermedades en aquella época de escasa higiene (en este sentido, el caso es similar al de los humedales de Pals). Los aldeanos deseaban, además recuperar las tierras como cultivos. Fue el primer intento de desecar parcialmente la zona.
Tras diversas tentativas más o menos fracasadas se construyó en 1851 la denominada acequia de Sils, una vía de drenaje, actualmente paralela a la vía del tren, que recoge buena cantidad del agua que antes se vertía en el estanque y la redirige a la riera de Santa Coloma, que forma parte de otro caudal.
Como en cualquier humedal de grandes magnitudes se ha formado un interesante ecosistema animal y vegetal que ha sido objeto de recuperación por parte de las autoridades a partir de los años noventa, de manera que hoy podemos efectuar diversos itinerarios por la zona, muy fáciles de recorrer y sin ningún desnivel, que se encuentra junto al propio núcleo de la localidad de Sils.
Para disfrutar de este paseo el mejor lugar para comenzar es la propia estación de tren de Sils. Allí encontramos el Centro de Información del Estanque, donde nos informarán de los diferentes itinerarios, la existencia de tres casetas en el parque desde las cuales observarás el comportamiento de las aves, una torre mirador, señales que indican los diferentes itinerarios, etc.
Desde la estación hasta el Parque atravesaremos un precioso paseo de cedros y el núcleo histórico de la localidad, en el que destacan varias masias antiguas y la Iglesia de Santa María, del siglo XII.
Esta salida natural es muy recomendable para toda la familia por su alto contenido pedagógico. Se aconseja llevar prismáticos para observar mejor las aves, siendo la mejor época para disfrutar de la zona la de los meses de primavera, cuando el verde del bosque es más intenso.
- Étang de Sils(VERSION FRANÇAISE)