Las Voltes de Peratallada son los arcos medievales situados sobre esta plaza porticada del centro del pueblo, una auténtica maravilla arquitectónica de la época medieval que ha sido declarada Conjunto Histórico-Artístico.

Peratallada es una de esas localidades del centro del Ampurdán que conserva de una forma viva su pasado medieval. Un paseo por sus calles empedradas contemplando sus edificios, también de piedra medieval (como por ejemplo el Castillo y Palacio de los siglos XI-XIV) es realmente un ejercicio de retroceso en el tiempo que a vuestra imaginación no le costará nada.

Un paseo por el centro de Peratallada nos muestra pequeños detalles de un pasado que hasta en los menores detalles urbanos cobra todavía vida. No en vano esta parte rural del Ampurdán es conocida como la Toscana de la Costa Brava.

A menudo suelo comparar Peratallada con Pals por sus similitudes como villas medievales. Sin embargo siempre me ha parecido la primera un punto más auténtica puesto que aquí las reformas han sido menores, hay menor afluencia turística y por ello es más tranquila.

Alrededor de la Plaça de les Voltes de Peratallada se encuentran algunos restaurantes y tiendas de artesanado, que continúan una larga tradición medieval.

Alrededor de Peratallada, un pueblecito que prácticamente no se ha expandido a lo largo de los últimos siglos, se encuentra un foso, junto a la muralla, que sirvió como elemento defensivo durante una época en la que Peratallada (del latín Petra Scissa, ‘piedra cortada’) debió ser uno de los más seguros emplazamiento amurallados.

Tras los muros medievales de Peratallada se esconde un gran foso defensivo, clave para la que fue en su época una de las ciudades fortificadas más seguras de la comarca.

Sin lugar a dudas una de las plazas más bonitas del Ampurdán es la de les Voltes. De planta rectangular, hace en la época medieval estaba porticada en sus lados norte y este. Hoy en día se conservan los arcos o bóvedas (voltes en catalán) de este primer lado, y el conjunto de la plaza presenta una tranquilidad y calma sólo rota a la hora de la comida por el sonido de los platos del restaurante que se encuentra en ella.

Llega la noche sobre las Voltes de Peratallada. Los focos instalados bajo el piso apunta directamente a las bóvedas y confieren un aire misterioso a nuestro lugar. Buen momento para comenzar un paseo con total tranquilidad.