Las piedras de las murallas defensivas de Girona que aún se conservan saben mucho de la historia de esta esta ciudad. Ellas han sido testigos del paso de los romanos, de la defensa contra los árabes en la época carolíngia y de otros enfrentamiento durante la Edad Media.

Las Murallas de Girona, una maravillosa atalaya de la ciudad
Las murallas de Girona ofrecen hoy en día a los visitante un espectacular paseo en altura con excelentes vistas panorámicas sobre la ciudad y un entorno acorde con la importancia de este testimonio histórico.
Situadas en su mayoría al este del centro histórico de la ciudad, uno de los mejores lugares para comenzar este paseo es los Jardines de la Muralla, a los pies de ella, cerca de la Plaça Catalunya. Otro de los tramos más signficativos del recorrido es el que comienza en los jardines John Lennon. Desde aquí se accede al tramo del monasterio de Sant Pere de Galligants, que proporciona una magníficas vistas de la Catedral y el Paseo Arqueológico.

En los alrededores de las Murallas de Girona encontramos varios jardines de frondosa vegetación
Hoy sabemos que la muralla más antigua de Girona data del siglo I a.C., y es la que levantaron los romanos para funda la propia ciudad de Gerunda, un punto estratégico en el recorrido imperial de la Via Augusta. Todavía se conserva parte de la muralla de esa época en la denominada Puerta Rufina, en la zona norte de la plaza de Sant Domènec.

El paseos por las Murallas de Girona, que ofrece interesantes vistas panorámicas, es una de las actividades preferidadas por los visitantes
En los siglos IX-X, durante la época carolíngia y con motivo del dominio árabe, Girona se encontraba en la frontera entre ambos reinos, el franco y el árabe. Debido a esa situación estratégica los francos efectuaron importantísimas reformas como el desdoblamiento de la muralla en algunos tramos y la elevación de algunas torres.

A lo largo de las Murallas de Girona encontramos varias torres de defensa, de diferentes épocas
La expansión del núcleo urbano en los siglos XIV y XV obligó a construir murallas más allá de las originales, incluso al otro lado del río Onyar, para proteger por ejemplo la zona del Mercadal. Por ello en aquellos siglos se mejoraron las defensas añadiendo nuevos baluartes como el que encontramos en la plaça del Lleó.
Sin embargo el siglo XIX supuso la confirmación urbanística de la pérdida de funcionalidad que tenían ya las murallas para la ciudad de Girona (como igualmente sucedía en otras ciudad, por ejemplo Barcelona), por lo que, con el objetivo de permitir su expansón, se comenzaron a derribar algunos tramos, fundamentalmente los situados en la parte oeste de la ciudad. En concreto el último se produjo en 1974, que hizo desaparecer el portal situado junto a la iglesia de Sant Pere de Galligants.
Muralles Girona(VERSIÓ EN CATALÀ)
Murailles de Girona(VERSION FRANÇAISE)
Siempre que visito Girona me encanta subir a las murallas y recorrer un buen tramo. La vista es espléndida, y la perspectiva que toma la ciudad es muy diferente.
Sobre todo es muy recomendable hacerlo al amanecer y al atardecer, cuando el color anaranjado del sol ofrece una especial visión del paisaje y de los edificios que alumbra.