Si hay algo que ha cambiado radicalmente en los últimos años ha sido la manera de practicar esa actividad tan importante que todos los niños deben hacer: jugar. Hoy nos pasamos por el Museo del Juguete de Figueres, para reencontrarnos con esos juegos hoy ya prácticamente perdidos que ilusionaron a nuestros padres.

El Museo del Juguete, en Figueres, Girona, Costa Brava ha sido concebido como un espacio interactivo para niños y adultos

Este museo tan carismático expone más de 4000 piezas. Algunos de esos juguetes pertenecieron a personajes tan importantes como Salvador Dalí, Federico García Lorca o Joan Miró, entre otras personalidades. Lo bueno de estas piezas, además, es que muchas de ellas se exponen con fotografías de los niños jugando con ellas.

Entrada al Museo del Juguete de Figueres

El conjunto de juguetes corresponde en primera instancia a Josep M. Joan i Rosa, un coleccionista local que comenzó a inicios de los 60 a reunir todo tipo de juegos y juguetes, así como la documentación relacionada con ellos. Tras comenzar a exponerse en Barcelona en 1971 y posteriormente en otros pueblos de Catalunya, finalmente es Figueres la localidad que acoge la exposición permanente, desde 1982, en el mismo edificio donde se encontraba el antiguo Hotel París, en la Rambla de Figueres.

Entre los objetos expuestos más interesantes se encuentra esta Torre Eiffel, reconstruida pieza a pieza

Entre las piezas que forman la colección y que el visitante podrá ver destaca una torre Eiffel, de 1929, formada por 9.832 piezas de Meccano y 8.623 tornilos, colecciones de coches de época, una magnífica colección de muñecas, juegos de la antigüedad griega y romana, etc.

Una parte de la exposición del Museo del Juguete está dedicada a la infancia y juventud del pintor Salvador Dalí

Además el Museo tiene un ámbito titulado “Salvador Dalí, los veinte primeros años”, donde se exponen fotografías de la niñez y temprana juventud del pintor. Entre los objetos destaca el Osito Marquina, que pasó por las manos de Salvador Dalí, su hermana Anna Maria y Federico García Lorca. El osito fue comprado por los padres de Dalí para la hija Anna Maria en París, en 1910. Durante la estancia de Lorca en la Costa Brava, en la casa de Dalí, en los veranos de 1926 y 1927, pintor y poeta decidieron ponerle un nombre a aquel peluche, dotándolo de personalidad. Y fué Don Osito Marquina. En la correspondencia que mantuvieron durante años Anna Maria y Lorca, Don Osito aparece referido en numerosas ocasiones.

Foto de la infancia de Salvador Dalí y de su hermana Anna Maria con el Osito Marquina

La historia es de lo más emotiva, aunque sólo es una de las numerosas que se esconden tras cada uno de estos entrañables juguetes que podemos ver en el museo.

El Osito Marquina se encuentra hoy expuesto en el Museo del Juguete de Figueres, testimonio de la relación entre Salvador Dalí, su hermana y Federico García Lorca