En pleno macizo de las Gavarres, el sistema montañoso que recorre buena parte del Ampurdán y que constituye un auténtico pulmón verde de la zona, se encuentra enclavada la ermita de Santa Coloma, en el término municipal de Forallac.
Su acceso se lleva a cabo mediante pista forestal desde los diferentes pueblos que rodean esa zona de las Gavarras: la Bisbal de l’Empordà, Vall-llobrega, Mont-ràs. Esta pista es perfecta para recorrerla en vehículo, btt o bien a caballo. Se trata de un recorrido entre el bosque que permite introducirse en pleno bosque para disfrutar de una zona rural y prácticamente carente de viviendas.
La ermita románica de Santa Coloma se encuentra en una esplanada de hierba maravillosa, un magnífico prado que acoge un merendero y un recinto para el cuidado de los caballos, en el cual es posible alquilar uno para efectuar un recorridos alrededor de las pistas forestales. Fue consagrada en el año 948 por el bisbe Gormar de Girona, y habitada por los templarios en el s. XII. La cronologia arquitectónica del templo es compleja, lo que explica que la diversidad de estilos que acoge. Así, los dos pisos de la torre del campanario, son de diferentes épocas. El primero, con ventanas de arco de medio punto, es original de su construcción en el s.X, mientras que el segundo ya es del s.XII y sigue el cánon lombardo con ventanas geminadas.
Una ermita con tantos siglos de vida guarda historias muy interesantes, pero probablemente la más conocida de todas gira alrededor del asesinato de su rector, en el año 1817, y cuyo cuerpo reposa bajo la losa del zaguán de la puerta. En aquella época tres personas llamaron una fría noche a la puerta de la ermita solicitando auxilio. La ama de llaves, habitante de la ermita junto al Rector, les abrió la puerta. Sin embargo resultaron ser tres conocidos bandoleros de la zona que agredieron y maltrataron al Rector para robarle. Dado que no tenía dinero, ya que prácticamente vivía de la caridad de los habitantes de la zona, los ladrones lo golpearon, torturaron e incluso quemaron en la chimenea. El religioso falleció tres días después a raíz de los golpes, aunque tuvo suficiente lucidez como para reconocer, junto al testimonio de la criada, a los ladrones de la zona.
Los bandoleros fueron poco después apresados y condenados a la terrible muerte por desmembración, consistente en atar cada uno de los brazos y piernas del condenado a cuatro caballos los cuales tiraban en sentido opuesto. Además colgaron, para escarmiento de futuros asesinos, algunos de sus miembros en jaulas de hierro en la esplanada junto a la ermita, jaulas que se mantuvieron hasta los años setenta del siglo pasado.
La ermita de Santa Coloma, tras bastantes décadas de abandono, fué objeto de una importante restauración en los años 90 y actualmente puede visitarse su interior. La Rectoría, por su parte, acoge un centro natural de conservación de las Gavarres, el cual expone para conocimiento de los visitantes, el patrimonio arquitectónico y natural de la zona.
La visita a la Ermita de Santa Maria de Forallac es una excelente oportunidad para descubrir el entorno rural de las Gavarres y apreciar su patrimonio románico.
- Ermita Santa Coloma de Fitor(VERSIÓ EN CATALÀ)
- L’ermitage de Santa Coloma de Fitor, à Forallac(VERSION FRANÇAISE)
Esta zona es preciosa, lo que sucede es que poca gente la visita ya que requiere de acceso peatonal, a caballo, en bicicleta o 4×4. El bosque de las Gavarres está lleno de dólmenes, menhires, por lo menos una antigua mina y esta preciosa ermita. La mejor manera de visitarlo es como hice yo, a caballo.
Quizás en la esplanada donde se encuentran los caballos se pueden alquilar, no estoy seguro. Saludos
Pues yo he ido en mountain bike por esta zona y es preciosa para rodar, sobre todo porque no tiene grandes pendientes y el paisaje es totalmente boscoso, no cruza ninguna carretera por en medio, y no hay que preocuparse por el tema de los niños y los coches.