Quienes disfrutan de una estancia en Begur es muy probable que no acaben conociendo una pequeña pedanía medieval del pueblo, con tanta historia como el propio centro… y sin embargo merece mucho la pena visitarla
Sin embargo, ¡es tan sencillo entrar en este pequeño núcleo medieval como que se encuentra junto a la carretera que lleva de Palafrugell hasta Begur, a pocos metros de su inicio! Tras el bosque, a pocos metros, se encuentra este núcleo agrupado entorno a dos edificios históricos: su castillo y la Iglesia de Sant Esteve d’Esclanyà. Es un lugar muy tranquilo, con un pequeño desnivel formado por los primeros contrafuertes que forma el Macizo de Begur hacia el sur.
Ambos elementos, la torre y la iglesia, tienen su origen entre los siglos XI y XIV, por tanto son de estilo románico. De hecho el Castillo de Esclanyà, también conocido como Torre d’Esclanyà, fue mencionado por primera en 1362, y ya por entonces formaba parte del dominio de la baronía de Cruïlles, la misma familia que dominaba el Castillo de Begur.
Lo que queda actualmente del antiguo castillo es la torre de planta rectangular (de 6 por 10 metros), que tiene adosada una masía del siglo XVIII. En la parte norte observamos que se conservan unas almenas, y en su lado oeste un sugerente matacán con una apertura de medio punto. La torre está compuesta de tres plantas y tiene una altura de 13 metros.
Tal y como hemos mencionado, este núcleo histórico es un lugar muy tranquilo rodeado de bosques, un lugar perfecto para pasear por sus calles de aspecto medieval. Aquí parece que se haya detenido el tiempo. El cultivo de la viña y el olivo todavía se sigue llevando a cabo, y antiguamente fue un importante centro industrial de baldosas.
La verdad es que estando tan cerca de la carretera que une Palafrugell con Begur, por la que quizás muchas veces habréis pasado si os alojais en este último precioso pueblo, es una pena no visitar Esclanyà.
- Esclanyà(VERSION FRANÇAISE)