Quien visite el centro de la ciudad de Girona no puede dejar de visitar la que es considerada su iglesia más antigua y que, junto a la figura de la Catedral, da el toque más peculiar a su skyline, gracias a su precioso campanario.
Y es que los feligreses de esta iglesia están de enhorabuena dado que, recientemente, en 2011, obtuvo el título de Basílica menor por parte del Papá Benedicto XVI, siendo la segunda basílica en importancia dentro de la provincia por detrás de la de Castelló d’Empúries.
La iglesia se encuentra en la plaza del mismo nombre, cerca de la Catedral y a orillas del río Onyar. Dedicada a este mártir, víctima de la última persecución cristiana del emperador Diocleciano (ss.III-IV), la actual iglesia se encuentra sobre los restos de la anterior paleocristiana construida tras la muerte de Sant Feliu, y en la que fue enterrado.
De hecho, de la construcción, iniciada en el siglo XII, se conservan ocho extraodinarios sarcófagos romanos y paleocristianos de la época, además del sepulcro gótico del otro santo que se venera en la catedral: San Narciso. La finalización de esta iglesia no llega hasta el siglo XVII, por lo que podemos ver en ella la influencia del románico original, del gótico en las naves y la cubierta, y del barroco en la fachada.
La planta es basilical y está compuesta de tres naves. Uno de sus elementos más característicos es el bonito campanario: se construyó entre los siglos XIV y XVI, y sustituyó a otro anterior románico. Muchos de los capiteles que se conservan situados en los ábsides provienen del desaparecido claustro románico, y representan escenas de la vida de San Félix y San Narciso.
Las pinturas del techo de la iglesia de Sant Feliu son también preciosas, de una enorme riqueza cromática. Quizás la más interesante sea aquella que explica el Milagro de las Moscas, donde se representa el momento en que los franceses, que asediaban la ciudad en 1285, profanaron el sepulcro de San Narciso, abriéndolo. En aquel momento salieron moscas que picaron sólo a los franceses (dejando de lado a los gerundenses) y que, transmitiendo algún tipo de enfermedad, causaron la muerte de 20.000 soldados y 4.000 caballos.
Por toda esta riqueza artística contenida en su interior es muy recomendable su visita, así como la del cercano Museo de Arte de Girona, anexo a la Catedral, donde se expone la mayor parte del exquisito mobiliario que conservamos procedente de la iglesia de Sant Feliu.
- Église de Sant Feliu(VERSION FRANÇAISE)
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