En una ocasión tuvimos la oportunidad de explicar nuestra visita al paraje donde se sitúa el Faro de San Sebastián, un precioso enclave con vistas al mediterráneo, la bahía de Llafranc… y que además contiene un yacimiento ibérico, una torre vigía y una iglesia. Es desde esta zona que comenzamos nuestra ruta hacia una recóndita cala: la Cala Pedrosa.
Existen varias calas Pedrosa en el litoral de la Costa Brava. Ya hablamos de la existente en l’Estartit. Muy probablemente esta denominación proviene del caracter pedregoso de su terreno, como es el caso de la que nos ocupa hoy.
El camino de ronda señalizado que conduce a Cala Pedrosa desde el Faro de San Sebastián comienza en el lado de la torre de vigía.
Una parte del recorrido se encuentra incluso vallada con madera, algo que se agradece y siempre da un punto de tranquilidad. Estamos hablando de un recorrido de bajada que supone unos 165 metros de altura, que es donde llega la montaña que alberga el Faro y su conjunto.
A medida que vamos descendiendo observamos que el terreno se hace algo más complicado, el desnivel pasa a ser más pronunciado y desaparecen las vallas de madera. Es un recorrido de dificultad media que puede ser finalizado en unos 45 minutos.
Al llegar a la cala nos encontraremos con un paisaje virgen. Ciertamente, no hay más acceso fácil a Cala Pedrosa que en embarcación, y lo más probable es que la mayoría de personas que estén en ella hayan llegado allí por ese medio.
La cala, insistimos, absolutamente natural y salvaje, tiene un suelo pedregoso, compuesto de grandes guijarros, y una longitud de 30 metros por una anchura de 10. Evidentemente no tiene servicios, el fondo marino es también rocoso, aunque el mejor espectáculo de la cala es su entorno, ya que se encuentra flanqueada a ambos lados por considerables paredes de roca.
También es posible llegar por otro camino de ronda a esta cala desde Tamariu, hacia donde podemos continuar nuestra excursión.
- Cala Pedrosa, à Palafrugell(VERSION FRANÇAISE)