El Castillo de Sant Ferran (Castillo de San Fernando) es una de las fortalezas más grandes de Europa y el mayor monumento de Catalunya. Situado a tan solo 10 minutos a pie del Museo Dalí de Figueres, este castillo, hoy un museo totalmente desmilitarizado, contiene una buena cantidad de recuerdos históricos de su tiempo.
El Castillo de San Fernando, en Figueres
Construido en 1751, durante el reinado de Fernando VI, la construcción de la Real Plaza de Guerra de San Fernando en un lugar tan fronterizo como Figueres tenía un claro objetivo: evitar la invasión de las tropas francesas. En ella se alojarían 5 batallones de infantería y 5 escuadrones de caballería, con un total de 6000 hombres y 500 caballos. En su momento, tanto por las novedosas técnica de ingeniería implementadas, como por la magnitud de la construcción, fue todo un éxito. La fortaleza tiene un perímetro de 3.2 kms, 32’5 Ha de superficie y una capacidad de almacenamiento de agua en sus cisternas de 9 millones de litros.
El Castillo ofrece un magnífico y tranquilo paseo por sus rincones más desconocidos al gran público: la Plaza de Armas, la iglesias, las impresionantes cavallerizas, la prisión, etc.
Las cavallerizas del Castillo de Sant Ferran, en Figueres
Como hechos anecdóticos destacar que el Castillo de Sant Ferran ha visto en su interior el servicio militar que efectuó un joven llamado Salvador Dalí en 1925, el encarcelamiento de algunos de los responsables del intento de golpe de estado en 1981, o el rodaje de varias peliculas, entre ellas “El Perfume”.
Foto de época, 1933, de la puerta principal del Castillo de Sant Ferran, Figueres
El Castillo de Sant Ferran ha sido declarado como Bien de Interés Cultural por la Generalitat de Catalunya, y el Consorcio del mismo nombre vela por la conservación y difusión de este excelente monumento histórico.
Patio de armas del Castillo de Sant Ferran, Figueres
Castell Sant Ferran(VERSIÓ EN CATALÀ)
Le Château de Sant Ferran, à Figueres(VERSION FRANÇAISE)
Festival Circo Figueres
Museo de la Técnica de l'Empordà
Museo del Juguete
El triángulo daliniano (II): el Teatro-Museo de Dalí
De camino que visitamos el Museo Dalí, decidimos aprovechar para ver el Castillo, del que nos habló un amigo. Llama la atención que no sea muy frecuentado, la verdad es que los ñiños se lo pasaron en grande porque había mucho lugar al que subir (cañones, caballerizas como las de la foto) y mucho terreno.
Es enorme y la entrada bastante económica. Un saludo.
Coincido totalmente con el comentario anterior respecto al interés de este gran castillo. Es ideal para los niños, ya que les permite explorar rincones amplios y otros ocultos. Desde las parte superiores se tiene muy buena vista del Ampurdán, y en la entrada el señor de recepción nos puso en situación sobre el interés histórico del conjunto.
Lo mejor las caballerizas, enormes, largas, muy bien conservadas. Es magnífico entrar en su interior y pensar la de historias que habrá vivido esta fortificación!!!