La isla de S’Arenella, frente a la costa de Cadaqués, en el Cap de Creus, es la última isla habitada de la Costa Brava y un pequeño paraíso al que es muy fácil llegar a nado, puesto que sólo se encuentra a 100 metros de la playa más cercana, s’Arenella.

La Isla de S'Arenella, frente a la costa de Cadaqués, no muy lejos del centro, es la única isla habitada de la Costa Brava
De forma casi circular s’Arenella tiene unos 16.200 m2, de los que casi la mitad son de titularidad pública. Se trata de una isla arbolada que podremos recorrer en su perímetro durante casi 1 km.

Visión satélite de la isla de s'Arenella, en Cadaqués
Durante nuestra vuelta observamos la enorme variedad de vegetales que crecen en este espacio. Así, encontramos taludes de piedra que señalan un antiguo cultivo de viña, hoy ocupados por los pinos. Igualmente vemos olivos.

Paseando por el perímetro de la Isla S'Arenella de Cadaqués nos encontramos con la Barraca d'en Llimó, una construcción de 1919
Además de la vivienda privada en el centro de la isla, destacan dos construcciones históricas curiosas, además del embarcadero y una cisterna de agua. Una es la denominada Barraca d’en Llimó, cuya silueta se puede ver claramente en la parte sur de la isla, la más cercana al otro islote de la zona tan característico de Cadaqués: Es Cucurucuc.

Preciosa imagen del islote de es Cucurucuc, situado al sur de la Isla S'Arenella y otro de los símbolos de Cadaqués
La barraca se construyó en 1919 a base de piedra pizarra, tan abundante en la zona, y tiene exteriormente una planta hexagonal e interiormente una circular. La otra construcción, a unos 50 metros, es el Cau del Contraban, una antigua barraca de piedra, bajo tierra (vamos, lo que hoy se conoce como un zulo), probablemente del siglo XIX, que debieron usar los contrabandistas de la zona para esconder la mercancía con la que trapicheaban, fundamentalmente tabaco. Situada en la parte opuesta a la costa, para evitar miradas indiscretas, tiene 4 metros de longitud por 1.5 metros de ancho y fué curiosamente descubierta en 1950 por un niño, hijo de un mayordomo de la casa de la isla, que intentaba capturar un conejo que utilizaba el espacio como madriguera.

La Cova d'en Contraban es todavía visible, aunque discretamente, bajo las piedras de la Isla de S'Arenella, en Cadaqués. Aquí se almacenaron durante décadas productos de contrabando.
Île S’Arenella(VERSION FRANÇAISE)



