Cala Prona se encuentra en la localidad del Port de la Selva, en la zona del Cabo de Creus denominada Mar d’Amunt, es decir en la parte superior orientada al norte.

Cala Prona, en el Port de la Selva, es una de las calas vírgenes más alejadas de los núcleos habitados del Cabo de Creus, en la Costa Brava

A pesar de esa posición Cala Prona se encuentra bastante resguardada de los vientos del norte, debido a las rocas que la rodean. Y atención porque estamos ante una cala muy especial. No sólo por ser totalmente virgen y en pleno parque natural, sin ninguna edificación alrededor, excepto la antigua caseta de pescadores junto al mar, sino porque estamos ante de uno de los recursos pesqueros más apreciados del Cabo de Creus.

Cala Prona se encuentra en una bahía del Cabo de Creus, una zona montañosa, a la que sólo se puede acceder a pie o bien en barco o kayak

Así es, esta cala, por su posición en el recorrido de las corrientes marinas, contiene una gran cantidad de plancton, y por ello también de peces que se alimentan de él. Tanto que es así que, desde hace siglos, la explotación pesquera de esta cala ha sido sorteada, sí, sí, sorteada, entre los miembros de la cofradía de pescadores de la zona.

Cala Prona se encuentra en una bahía protegida del viento de la Tramuntana. Sus aguas son cristalinas y con bastante vida marina que aprovecha el plancton aquí existente

Cala Prona es una cala de difícil acceso si no se llega en barco o en kayak, aunque desde luego la excursión vale la pena, tanto que algunos grupos de jóvenes no pueden evitar pernoctar en ella al calor de una hoguera. Se trata de una de las calas más lejanas de los núcleos habitados del Cabo de Creus y, si salís del Port de la Selva, lleva a ella el mismo sendero que a Cala Tavallera, que se encuentra a unos 2 kms de ella, el GR-11.

Cala Prona, en el Port de la Selva, en la Costa Brava norte, es una cala perfecta donde los grupos de jóvenes se encuentran en total libertad tras una jornada de excursión

Esta fascinante cala, que se encuentra al final de una entrada de mar entre las rocas, tiene unos 15 metros de longitud de guijarros o arena gruesa y unos 10 metros de anchura. En ella también desembocan algunos riachuelos, secos en verano, por la pendiente que baja hacia ellas desde las montañas del Cabo de Creus. Imprescindible visitarla con calzado deportivo y mucha agua en la cantimplora, y a poder ser en horas de no excesiva insolación.