Visitamos una exclusiva cala del Cabo de Creus, Cala Tavallera (El Port de la Selva), que tiene el honor de ser uno de los extremos del sendero GR11, o Senda Pirenaica, la ruta que cruza todo el Pirineo de oeste a este.
La GR11 es una mítica ruta de gran recorrido que parte del Cabo Higuer, en el Cantábrico y finaliza en el cabo de Creus. Une por tanto el Océano Atlántico con el Mar Mediterráneo, y lo hace a lo largo de unos 788 kms de recorrido. El que os proponemos para conocer esta cala no es tan largo, no os preocupéis.
Para llegar a una cala tan virgen y fabulosa como Cala Tavallera hay que partir del Port de la Selva siguiendo este GR11. Por tanto, hay que olvidarse de llegar a ella en vehículo, a menos que éste sea un todo terreno preparado para surcar zonas pedregosas. Hacia el final del puerto de la localidad se encuentran unas balizas que indican el sendero. Por esa zona encontraremos un cruce que indica ‘Cala Tabarella’ y ‘Sant Baldiri’. Ambas rutas llevan a la cala, aunque recomendamos seguir la última ya que además permite contemplar las ruinas de este interesante edificio románico milenario.
En total son casi 2 horas de trayecto (unos 2 kms) por un camino no muy complicado. La recompensa final es una cala virgen, de aguas poco profundas e inserta en una ensenada orientada hacia el norte que ofrece una agradable sensación de perspectiva al bañista.
De unos 135 metros de longitud aproximada y 15 metros de anchura, Cala Tavallera no tiene ningún tipo de servicios y su superficie está formada principalmente por guijarros y algo de arena. Es la típica cala del cabo de Creus caracterizada por esos colores negro y gris de toda la roca que la rodea. Dada su dificultad de acceso la cala es nudista y muy poco frecuentada durante todo el año. Un lugar maravilloso justo premio para el caminante que desea descubrir parajes vírgenes poco frecuentados.
- Cala Taballera(VERSIÓ EN CATALÀ)
- Cala Tavallera(VERSION FRANÇAISE)
Cala preciosa allí, donde las haya me recuerda a Cala Jugadora muchísimo, ya que también se encuentra protegida por una ensenada. Es de esas calas tan remotas y solitarias que puedes acampar o dormir una noche entera sin que nadie te diga nada (en las playas “oficiales” esto está prohibido). Lo hicimos hace mucho tiempo, de chaval.
tuve la suerte de poder completar hace algunos años la gran GR-11 y guardo muy buen recuerdo de esta cala, ya que fue nuestro punto de llegada. Un marco incomparable en el que finalizar una hazaña que para mí fue un ejercicio de superación personal en un momento importante de mi vida.
La cala es muy bonita y muy solitaria, por lo que encantará a los amantes de la tranquilidad y a los que gusten de bonitos recorridos antes de llegar a la playa.